Castillo BückeburgBoda de cuento de hadas en el castillo de la antigua sede real Bückeburg

Una boda de ensueño en el castillo de la antigua ciudad residencial de Bückeburg, donde los novios se sienten como el señor y la señora del castillo por un día

El día de la boda comienza con estilo en la alcoba de la novia, con sus diez damas de honor, tres maquilladoras, tres peluqueras y muchas botellas del mejor champán. El novio recibe personalmente a sus invitados delante de la capilla del castillo con una primera copa de champán. Todos charlan y esperan ansiosos la celebración. Mientras tanto, el hermoso castillo Bückeburg se transforma en un auténtico país de ensueño.

Se extiende la alfombra blanca, los invitados toman asiento y las campanas de la iglesia repican solemnemente. Emocionado, el elegante novio espera a su gran amor. El órgano se pone en marcha, las damas de honor entran en la iglesia vestidas de un delicado color rosa y se colocan en primera fila. Después, el momento culminante: la hermosa novia, que camina con gracia por el pasillo como una princesa. Una ceremonia romántica que hace llorar a los invitados de la boda con un voto de amor.

Acompañados por el cortejo nupcial, los felices novios pasean por el veraniego parque del castillo, donde sueltan al cielo 300 globos de color rosa. A cada globo se ata una nota manuscrita en la que se desea suerte y bendiciones a los novios.

Por último, pasamos al principesco salón de baile, que resplandece con una floristería de color rosa y un ambiente de iluminación finamente sintonizado a juego con el concepto cromático. La escenografía encanta con la letra resplandeciente «LOVE», que forma la contrapartida perfecta al magnífico encanto del salón. En una mesa de boda elegantemente decorada, cuya pared trasera está formada por una brillante cortina de luces, la pareja nupcial y sus invitados disfrutan del elegante menú nupcial. El programa está perfectamente planificado, lleno de momentos mágicos, emotivos espectáculos de artistas y una actuación de baile preparada para el escenario por parte de los invitados a la boda, que culmina en una pista de baile blanca y salpicada de estrellas. Una celebración verdaderamente real.

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